ANáLISIS DE OPEN ROADS: LO NUEVO DE ANNAPURNA SALE AIROSO DE UN CAMINO REPLETO DE OBSTáCULOS

Hace una década el género walking Simulator vivió su época de esplendor: The Stanley Parable, Amnesia, Soma o What Remains of Edith Finch son algunos ejemplos de ello. También Gone Home, creado precisamente por el estudio del título que hoy nos ocupa. Sin embargo, los últimos años no han sido un camino de rosas para Fullbright, responsables del mencionado Gone Home, Tacoma y Open Roads.

Hace algo más de un año se confirmó que el director creativo del juego y cofundador del estudio Steve Gaynor se quedaba solo en Fullbright trabajando en su propia obra, mientras que el resto del equipo terminaría Open Roads en el llamado Open Roads Team tras hacerse público el ambiente tóxico que se respiraba en la compañía presuntamente por culpa del carácter de Gaynor. Esta introducción es esencial para entender las dificultades que ha atravesado el desarrollo del juego y para poner en valor que, más de tres años después de su anuncio oficial, el Open Roads Team haya conseguido sacar adelante el proyecto y ponerlo en nuestras manos. En ese sentido, hoy te contamos qué nos ha parecido en nuestro análisis de Open Roads, que llega mañana mismo a Xbox Game Pass.

Un viaje al más puro estilo Hollywood

Aunque es Open Roads Team quien firma el desarrollo del videojuego, la obra está publicada por Annapurna Interactive. Ya sabemos lo que eso significa, pues la compañía estadounidense ha sido la encargada de algunos de los grandes juegos indie narrativos de la última década, incluso apostando por actores de renombre para dar empaque a sus historias. Fue el caso, por ejemplo, de Twelve Minutes, que contó con las voces de Daisy Ridley, James McAvoy y Willem Dafoe. Open Roads juega una carta similar, pues precisamente sus protagonistas fueron el reclamo inicial para muchos de los interesados en el título.

En este caso son Kaitlyn Dever (Superempollonas, Creedme o Abby en la próxima temporada de la serie de The Last of Us) y Keri Russell (Misión Imposible 3, El amanecer del planeta de los simios o la más reciente trilogía de Star Wars) las que dan vida a las dos protagonistas de Open Roads, una madre y su hija que emprenden un viaje por carretera en busca de respuesta sobre el pasado de la familia mientras tratan de limar asperezas en su tensa relación.

¿De qué va Open Roads?

Open Roads es un videojuego cien por cien de historia, lo que significa que no podemos profundizar demasiado en ciertos aspectos sin caer en spoilers. Es por ello que es fundamental hablar de la sinopsis del juego para ponerte en situación. La obra de Open Roads Team nos sitúa justo en el momento en que una madre y su hija están vaciando la casa de la abuela, que acaba de fallecer. Durante sus últimos meses habían estado viviendo con ella para cuidarla y ahora se han quedado sin casa. La madre también ha pasado por un reciente divorcio. La hija, de dieciséis años, es la que está sufriendo todas las consecuencias mientras trata de labrarse un futuro laboral en el diseño de páginas web a principios del siglo XXI.

En esta coyuntura, la joven protagonista descubre un compartimento secreto en el desván de la abuela que contiene una carta que pone en duda el pasado de la familia que se daba por sentado. No entraremos en más detalles, pero este es el detonante de la historia y el que propicia que madre e hija emprendan un viaje por carretera en busca de respuestas en propiedades de la familia que han estado desocupadas durante décadas.

Leer para comprender el pasado

Si conoces Gone Home, la obra cumbre del estudio anteriormente conocido como Fullbright, sabrás qué tipo de juego es Open Roads. Es un walking simulator, sí, pero uno que te invita a leer muchos documentos y a interactuar con un sinfín de objetos, muchos de ellos sin ninguna relevancia narrativa, a fin de resultar más satisfactorio cuando descubres el que sí te da pistas sobre cómo avanzar. Precisamente esta mecánica es la menos acertada de Open Roads. En algunos fragmentos del juego podemos interactuar con, literalmente, quince objetos seguidos sin que nos ofrezcan el menor indicio de progreso, lo que puede resultar frustrante.

Sin embargo, Open Roads también hace algo sumamente bien: contar una historia. Personalmente Gone Home me marcó mucho en su momento y lo nuevo del estudio no se queda lejos del nivel narrativo que ofreció aquella primera aventura. No cabe duda de que el secreto familiar y la búsqueda de respuestas son la piedra angular sobre la que se mueve el juego, pero hay mucho más interés a parte de ello. Gran parte de la culpa la tienen las actuaciones de Dever y Russell, que hacen suyos a los personajes y les dotan de una vida fabulosa. Cada conversación se siente única e interesante. El guion de Open Roads Team está increíblemente bien trabajo, es emocionante y emotivo. Además el juego cuenta con elecciones de diálogo que te permiten moldear el personaje de la hija a tu imagen y semejanza y también le aportan cierto aire de rejugabilidad.

La rejugabilidad también va unida a la corta duración del título. Unas tres horas que se quedan algo cortas y que nos dejan con ganas de más, pero que también son más que suficientes para desarrollar la historia y cerrarla con un desenlace made in Fullbright (u Open Roads Team), lleno de giros de guion y sorpresas.

El pulido extra le ha sentado bien

Ya hemos hablado del difícil y extenso desarrollo que ha vivido Open Roads. No en vano, el juego ha llegado siete años después de la anterior obra del estudio, Tacoma. Hace solo unas semanas el equipo comunicaba un nuevo retraso para pulir el juego y, en nuestra experiencia, podemos decir que ha sido para bien. Hay algún momento en el que hemos sufrido una pequeña caída en la tasa de frames por segundo, pero nada grave. Más allá de eso, el título funciona perfecto en Xbox Series X (donde lo hemos jugado).

En lo visual Open Roads tiene un apartado creativo de lo más original. Los entornos, creados con el motor de juego Unity son en tres dimensiones y de corte realista, mientras que cuando los personajes aparecen en pantalla lo hacen como dibujos a mano en dos dimensiones. Se trata de una combinación que a priori puede parece extraña, pero que funciona curiosamente bien y le aporta un aire diferencial a la obra.

Conclusiones

Open Roads ha atravesado un duro camino durante su desarrollo, pero ha llegado a buen puerto. Puede que lo nuevo de los creadores de Gone Home no se convierta en un referente del género como lo hizo la opera prima del estudio, pero ofrece una historia emocionante, magníficamente interpretada por dos actrices del calibre de Kaitlyn Dever y Keri Russell y con elementos suficientes para llegar a tocarte la fibra sensible. Por si fuera poco, llega de lanzamiento a Xbox Game Pass. No hay mucha pérdida. Una preciosa historia sobre los problemas de la familia que puedes jugar íntegramente en una sola tarde.

Análisis de Open Roads

Open Roads es el exitoso regreso de los creadores de Gone Home, uno de los grandes referentes del walking simulator. Con una emotiva y sorprendente historia y unas magníficas interpretaciones por parte de Kaitlyn Dever y Keri Russell, es un indispensable para los aficionados al género.

SomosXbox
  • Historia
    9
  • Sonido
    9
  • Gráficos
    7
  • Contenido
    7
Lo mejor
  • Las actuaciones protagonistas de Kaitlyn Dever y Keri Russell
  • La historia, repleta de giros
  • Lo únicos que se sienten los diálogos
  • El peculiar apartado visual
Lo peor
  • Muchos objetos con los que se interactúa no aportan nada
  • Es demasiado corto
8.0
Nota final

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